La Costa de Amalfi, patrimonio de la Humanidad desde 1997, es uno de los lugares más encantadores de Italia. Compuesta por trece pueblos ensortijados a lo largo de la carretera panorámica y tortuosa que une el Golfo de Nápoles con el Golfo de Salerno, es famosa en todo el mundo por su riqueza paisajística, natural, enológica y gastronómica. Trece localidades espléndidas, con sus propias peculiaridades y características, aunque todas ricas de historia y cultura y enmarcadas por un paisaje natural fascinante, que sabrán satisfacer las exigencias más variadas. El itinerario ideal empieza en Salerno.
Dominada por el imponente Castello Arechi, Salerno mantiene todavía hoy la estructura de la vieja ciudad longobarda. En las calles del centro histórico podréis apreciar marcas evidentes de las dominaciones que siguieron en los siglos sucesivos: el Duomo románico, la iglesia barroca de San Jorge, la arquitectura magistral de iglesias y edificios nobles que llenan las callejuelas del casco histórico reflejan un pasado de esplendor y bienestar. El centro histórico de Salerno ha estado sujeto a una restauración larga y gradual que lo ha convertido en el eje de la animación y de la vida urbana de Salerno, gracias a sus tiendas características y a los locales que lo animan hasta la madrugada.
Apenas fuera de Salerno, se encuentra Vietri sul Mare, conocida en todo el mundo por sus cerámicas de colores mediterráneos. Esta pequeña localidad, que surge del agua celeste de su mar con sus construcciones blancas y la predominante cúpula multicolor de la catedral, se encarama por la ladera de la montaña, dando hasta al turista más distraído un sentimiento de admiración difícil de aguantar.
Ya sea que queráis comprar cerámicas únicas hechas a mano, quitaros la curiosidad de visitar los talleres de artesanos de las callejuelas del pueblo o que busquéis sólo el reposo del mar, Vietri no decepciona a nadie.
Continuando por la carretera costera, que se estriñe entre las aguas cristalinas del mar y las montañas, llegaréis a Cetara: un pueblecito de pescadores situado entre viñas y plantación de cítricos, con la torre de avisaje en el mar, mantiene un encanto único.
Cetara, también famosa por su gastronomía a base de platos de pescado, es la patria de uno de los platos más típicos de toda la Costa Amalfitana, los espaguetis con coladura de anchoas: cita imperdible para quienes no renuncian a satisfacer al paladar ni a cualquiera de los demás sentidos. Continuado por las curvas sinuosas de la carretera costera, dominada por un imponente paisaje natural, encontraréis Maiori y su amplia playa (la más extensa en toda la Costa). El día de Ferragosto (15 de agosto) tiene lugar la típica procesión de Santa María a Mare que empieza con los primeros rayos de luz de la mañana y termina con la que se conoce como “corsa della Madonna”, que consiste en llevar la Vírgen corriendo por los 127 escalones de la escalinata que separa la piazza D’amato y la Collegiata, y que simboliza la asunción de María al Cielo. Luego sigue Minori, que era ya una meta veraniega en los tiempos de la antigua Roma: de hecho es posible visitar los restos de una antigua villa romana descubierta hace menos de un siglo. Minori, antiguamente burgo de pescadores y más tarde importante centro de producción de pasta, es hoy en día una de las perlas preciosas de la Costiera. Para no perderse la cita gastronómica con la pastelería De Riso para degustar sus dulces, famosos en todo el mundo, con una copa de vino.
“Si abandonáis la carretera costera y subís la montaña llegaréis a Ravello, ciudad de la música,” que ejerce un encanto único gracias al impresionante panorama del que goza, a la arquitectura de sus famosas villas y al irresistible reclamo intelectual que se renueva cada año con el Festival de verano. Siendo una meta turística internacional, Ravello goza de una lista vastísima de huéspedes de prestigio que, en el pasado o en el presente, se han dejado hechizar por el encanto intemporal de estas tierras. Junto a los edificios históricos y a piezas arquitectónicas famosas en todo el mundo, se ha inaugurado recientemente el Anfiteatro, muy controvertido, proyectado por el arquitecto Oscar Niemeyer: una construcción cándida que, con una enorme vidriera panorámica, se asoma hasta el infinito.
El viaje continua hacia Scala, el centro más antiguo de la Costa de Amalfi.
Desde la zona de Pontone sale un camino que conduce a la Torre dello Ziro, la historia del cual se enlaza con la historia de Juana de Aragón, hija ilegítima de Fernando I de Aragón. La forma cilíndrica de la mansión, similar a la de los contenedores de aceite y cereales que antaño usaba la población local, le ha conferido el nombre árabe de Torre dello Ziro.
Volviendo a retomar el camino hacia la carretera costera llegaréis a Atrani, una de las localidades más pequeñas de Europa. El pueblo se encuentra debajo de la carretera costera, a nivel de mar, y junto con su playa forma un sujestivo teatro natural. torre dello ziro Amalfi, lugar en el que se inventó la brújula, da el nombre a toda la Costiera, con su gloriosa historia de república marinera y la fuerza de la tradición.
Localidad espléndida y famosa en todo el mundo, Amalfi sorprende por su belleza natural, su mar, sus pequeñas playas alcanzables en barca, sus perfumes y sus perlas arquitectónicas: no os perdáis la visita al Duomo, en estilo árabe siciliano y resultado de la superposición y de la unión de iglesias de estilos y épocas distintos, entre las que se encuentra una iglesia paleocristiana. Tampoco os podéis perder el Chiostro del Paradiso, un rincón inesperado nacido como cementerio para los ciudadanos ilustres de Amalfi.
Amalfi se encuentra en los pies de la valle dei Mulini e delle Ferriere: recorriendo el camino que va desde Scala a Amalfi, ladeando el torrente Canneto, se encuentran restos de las antiguas fábricas de papel y de los mulinos que, aprovechando la fuerza del agua, producían la energía necesaria para su funcionamiento. Fue en este lugar que antaño se producía el preciado papel por el cual Amalfi es famoso en todo el mundo. Todavía hoy en día el papel de Amalfi, producido en sólo dos fábricas de papel, es apreciado por su calidad y belleza. Para celebrar la gloriosa historia de esta tradición amalfitana, es posible asistir a la creación de hojas de este precioso papel en el Museo della Carta.
Dejando atrás Amalfi, en dirección Positano, encontraréis Conca dei Marini, burgo que antiguamente hacía de soporte a las actividades marineras de la cercana Amalfi. No hay que perderse la vista a la espectacular cueva Grotta di Smeraldo, accessible desde el mar y desde un cómodo ascensor directamente desde la carretera estatal SS163. En parte invadida por el mar, esta cueva debe su nombre a los reflejos esmeralda que el agua asume quando la luz del sol se filtra a través de una grieta submarina y que la une al mar abierto.
Una vez hayáis superado la Conca dei Marini, llegaréis al que, con todo derecho, está considerado uno de los burgos más bonitos de Italia, Furore. Este pueblecito minúsculo se asoma sobre un sugerente fiordo que tiempo atrás fue escenario de la turbulenta historia de amor entre Roberto Rossellini y Anna Magnani. Un puente suspendido de 30 metros de altura que cada año asiste al espectáculo ofrecido por hábiles saltadores de trampolín en una de las etapas del Campeonato del Mundo de Grandes Saltos culmina el fiordo.
Continuar hacia Praiano, localidad favorita de los Dogi di Amalfi para pasar el verano. Con la torre de avisaje medieval y sus típicas escalinatas que a menudo constituyen el único medio para llegar a destino, Praiano representa el típico burgo de la Costiera. En Praiano encontraréis una de las poquísimas playas de la Costiera, la Cala de la Gavitella, en la que llega el sol durante todo el día gracias a su particular situación. Praiano es el último punto del Sentiero degli Dei, camino de excepcional belleza natural con escorzos panorámicos únicos en todo el mundo, que dominan la Costiera hasta Bomerano, fracción de Agerola.
Después de Praiano, econtraréis Positano, la perla de la Costa de Amalfi, famosa por su animada vida mundana y por su estilo. Esta localidad está estructurada de modo que parte de un dedal de escalinatas que, desde el mar, llegan a la carretera estatal recorriendo toda la montaña, para después llegar de nuevo a la calma y al fresco de las zonas de colinas. A lo largo de las callejuelas, se amontanan tiendas con las tradicionales pezze, tejidos decorados por los artistas locales para diseñar vestidos y playeros únicos y siempre a la moda, y calzado hecho a medida, con los requisitos estéticos solicitados por el cliente. Los restaurantes de la riba del mar, los caminos que lleban a playas escondidas y las escalinatas hacen de Poistano una meta de ensueño para los enamorados de todo el mundo. Justo después de Positano, se empieza a apreciar Punta Campanella, que separa el Golfo de Nápoles del Golfo de Salerno.
La última ciudad de la Costiera, que no se asoma directamente al mar, es Tramonti. Esta ciudad fue antaño el eje del tráfico de la República Amalfitana y es hoy conocida por sus bosques (fue elegida como sede de la Comunità Montana Penisola Amalfitana hasta que ésta se disolvió) y por la bondad de su pizza, que podréis degustar en una de las más de cien pizzerías de la zona. Otras localidades cercanas que vale la pena visitar son la mundana isla de Capri, delante de la romántica Sorrento, Pompei con sus ruinas milenarias, Paestum con sus templos y las largas playas, Velia y Sapri.